Miramos nuestra vida. Los seres humanos no podemos vivir aislados. Necesitamos relacionarnos y comunicarnos. Por eso, la palabra es uno de los dones más preciados que poseemos. Gracias a ella expresamos lo que somos lo que sentimos, lo que necesitamos... Pero comunicarse no es siempre fácil. A veces podemos equivocarnos e incluso mentir con nuestras palabras. Todos sabemos que, en ocasiones, no es posible desarrollar un diálogo sincero con muchas personas.
Algunas veces hemos encontrado un gran consuelo cuando hemos podido compartir nuestra pena con otra persona. ¿Recuerdas alguna experiencia positiva, en que te haya ayudado decir a otro lo que te pasaba?
Otras veces nos hemos arrepentido de haber dicho algo que después se ha usado en contra nuestra. ¿Recuerdas algún caso concreto?
31-08-2014